La historia de España ha pasado del sótano de la memoria a la imaginación de los jóvenes. Entramos en el estudio de Augusto Ferrer – Dalmau, pintor de nuestro lado más épico
Su estudio en Madrid es una suerte de museo militar, un capricho para aquel que valore el trabajo de una espada del siglo XVII, o el de una silla de montar del XIX. Ferrer – Dalmau observa la realidad como un científico antes de pintarla, y como buen coleccionista, todo lo que le rodea tiene tras de sí una curiosa historia.